Un Collage para la Abuela que Nunca Conocí

o del vinculo que tengo con alguien que no supo que existí.

No tengo recuerdos de mi abuela Dolores. Solo sé que llamaba «Moneno» a mi papá cuando era niño. Que su voz era áspera como piedra de río. Que murió ahogada por una enfermedad que robó su aliento. Hoy, décadas después, la busco en retazos de papel azul, en una flor seca y en un hilo que bordé sobre su sombra. El collage es mi manera de tenderle un puente, no solo con ella, también con otres.

Lo que Guarda el Azul

Los tonos fríos dominan la imagen: azul hielo, azul noche, azul lágrima seca. No son colores tristes, sino profundos. Como esas aguas quietas que esconden historias. Vinciane Despret, una filósofa que piensa a los muertos, diría que Dolores no se fue del todo. Que está «au travail» —en trabajo—, moviendo hilos en mi presente desde algún lugar que no entendemos.

«Los ausentes nos piden que los inventemos», escribe Despret.
Y yo la invento con papel y paciencia.

Fragmentos de una Vida Especulativa

Cada elemento del collage es un recuerdo que no tuve, pero que merece existir:

  • La flor seca: Podría ser de su jardín en la vereda Buenos Aires –¿coincidencia?– . La imagino regando claveles con mano firme, mientras Moneno juega a sus pies.
  • Los recortes de papel: Como las piezas de su historia que nadie guardó. ¿Era realmente ruda? Tal vez su seriedad era solo el cansancio de una mujer de su época, sobrecargada de trabajo doméstico y cuidados no remunerados.
  • El perfil: Un retrato de lo que pudo ser. La boca que nunca besó mi frente.
  • El hilo bordado: Mi costura entre dos mundos. Cada puntada es una pregunta ¿cómo fue su risa?.

Cuando el Futuro Habitaba su Pasado

Despret habla de «anterecuerdos»: memorias del futuro que ya pesan en el presente. Dolores no sabía que yo nacería, pero algo en su forma de apretar la mano de mi padre —ese niño llamado Moneno— tal vez era un mensaje para mí:

Cuídalo, porque él te traerá al mundo.


Su muerte fue un agujero que heredamos todos. Pero en la filosofía de Despret, los muertos no son fantasmas: son compañeros de viaje. Dolores me habita cuando cierro los ojos y trato de oír su voz que nunca escuche.

Técnicas para Sobrevivir a la Ausencia

El duelo occidental nos dice: Deja ir, vuelve a la vida. Pero Despret propone algo más sabio: negociar con la ausencia. Mi collage es eso:

  • Un altar pequeño donde ella «fantasma» (actúa) sin miedo.
  • Un recuerdo especulativo que llena vacíos con imágenes en vez de dolor.
  • Una manera de decir Sé que fuiste real. Sé que fuiste hueso y tos y manos callosas. Ahora también eres parte de mi hacer.

Los tonos azules ya no son solo el color de su ahogo. Son el frío de la madrugada en Aranzazu, el cielo que ella respiró, el luto transformado en un algo. «Fabricar presencias», lo llama Despret. Yo le regalo un cuerpo de papel.

Moneno: La Palabra Talismán

«Moneno». Cuatro sílabas que son un mapa. En ese apodo cariñoso —duro y tierno como ella— encuentro la llave para imaginarla:

  • ¿Le cantaba canciones a mi padre?
  • ¿Le remendaba las medias con ese mismo hilo que cruza la imagen?

Una respuesta a “Un Collage para la Abuela que Nunca Conocí”

  1. Una excelente manera de tener cerca a los que ya se han ido y a la vez siguen ahí acompañándonos, con recuerdos que fueron y otros que nunca podrán ser, pero que merecen existir. 🙂

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